domingo, 22 de junio de 2014

CAPÍTULO IV LOS HOGARES GNÓSTICOS

Estos también, como los Santuarios, deben mantenerse dentro de un completo orden. Los hogares, donde se esté trabajando por la regeneración, deben permanecer limpios de toda clase de basura. No deben haber desordenes. En estos lugares no deben haber cosas que no estén en completo orden.
El dormitorio de los Gnósticos debe ser limpio, aseado, ordenado. No deben haber ropas en desorden o cosas que no correspondan a lo que es el lugar de descanso, de reposo. El Gnóstico debe deshacerse de todo lo que no le sirve; no debe estar guardando cosas viejas con el dicho de que todavía sirven. Estas cosas no se deben tener en las casas de los gnósticos, mucho menos en el dormitorio.
El lugar, que tenemos dedicado los Gnósticos para nuestro descanso, debe ser un sitio lleno de armonía ya que las polémicas, discusiones en ese lugar, impregnan el aura de desarmonía y esto afecta a las personas que allí duermen. En la pieza del Gnóstico, no debe haber televisor, porque esos programas desarmonizan; no se deben tener aparatos de música usándolos con música que no sea clásica debido a que esto también trae desarmonía y discordia con lo que en estos lugares se vive, se practica.
Los hogares gnósticos deben marcar una pauta en la formación de una nueva generación humana; en estos lugares deben reinar las relaciones humanas, la urbanidad; se debe hablar de la sabiduría, del amor, de la comprensión.
En los hogares gnósticos se debe eliminar el látigo de castigar; se deben desterrar las palabras soeces, hirientes, desarmónicas, reemplazándolas por el diálogo, la comprensión. En los hogares gnósticos deben haber jardines con flores y pinturas alegóricas a la sabiduría. Deben erradicarse de estos lugares la chismografía, la calumnia, la murmuración, reemplazándolas por la caridad, por la alegría, por el altruismo.
Deben erradicarse por completo los programas de televisión que se relacionan con la violencia, con la prostitución; es decir, es preferible no ver televisión ya que esto daña la psiquis. Se le debe dedicar más tiempo a la oración, a la meditación, a la lectura de los Evangelios Crísticos, a las Obras del Quinto Evangelio. Queremos que los hermanos gnósticos comprendan que una cosa es ser estudiante de la Gnosis y muy otra es ser Gnóstico!. Quien no se concrete a vivir la Gnosis, la Sabiduría y el Amor, no podrá ser rescatado porque, habiendo podido hacerlo, no lo ha hecho.
Lo que aquí estoy diciendo no es una amenaza, es lo que se me ha dicho. Queridos hermanos Gnósticos, vamos a hacer de nuestros hogares sitios dignos de personas que aman a Dios, que aman la Sabiduría y que aman a la Humanidad.