En el capítulo anterior vimos como la INSPIRACION es un don divino que nos conduce a la realización de nuestra Obra, cuando un hombre y una mujer se proponen realizarla. En la RESURRECCION, encontramos las claves que nos permiten a cada uno de nos ir consiguiendo la ILUMINACION interior que nos permite ir perfeccionando los trabajos que, posteriormente, deberá realizar nuestro Cristo íntimo, hecho hombre, donde el Héroe Solar se apoderará del Santo Grial, capa en la cual ha sido depositada la Sangre del Redentor del Mundo. A nosotros, míseros humanos, nos corresponde trabajar en los infiernos de todos nuestros planetas internos. Estos infiernos están representados por las tinieblas de nuestros subconsciente.
En la RESURRECCION, encontramos la respuesta de nuestro actual estado, el cual nos define como muertos vivientes, animados Por una vida netamente física que actúa de acuerdo a las condiciones en que la Naturaleza nos ha ubicado.
En la RESURRECCION debemos trabajar limpiando nuestro Cáliz de todas las inmundicias mentales para, posteriormente, irlo llenando con el vino sagrado de la transubstanciación. En este Arcano debemos integramos con nuestra Divina Madre Kundalini y cumplirle su Octavo Mandamiento: "QUE HAYA PAZ". No puede haber ningún Nacimiento Segundo, Resurrección donde no existe la PAZ. La PAZ es la expresión de la fragancia interior del Espíritu. El hombre o la mujer que no tenga PAZ, indiscutiblemente, Vive en tinieblas y, por ende, sometidos a las circunstancias.
No puede haber AMOR donde no hay PAZ ni puede haber PAZ donde no hay AMOR; sólo a través de las limpiezas y PURIFICACIONES que vayamos haciendo en todo el recorrido de nuestro camino, hacemos que las circunstancias estén dadas para que, posteriormente, nuestro CRISTO íntimo, hecho Hombre y Super-Hombre, logre tener en sus manos el Grial de la LIBERACION FINAL.

