En el capítulo anterior estudiamos el viaje del EREMITA, hombre solitario, intrépido y seguro que emprende su viaje hacia el más allá, decapitando yoes y recuperando conciencia.
La RETRIBUCIÓN es la rueda que determina la evolución y la involución, el ascenso y el descenso que se sucede en el tiempo y dentro del tiempo; tiempo y circunstancias artífices para nuestra perfección.
La RETRIBUCIÓN nos hace pensar que cada uno de nosotros fuimos creados por la perfección y la palabra del Creador pero que Vivimos dentro de un mundo de imperfección, el cual condiciona nuestro comportamiento psicológico para poder vivir aquí
El día que el hombre se dé a la tarea de buscar su propia perfección, se verá obligado a desligarse del mundo en que vive, formando su propia individualidad, su propio sistema y haciendo que el reinado, que la mente ha hecho de nosotros, corresponda al mundo en que andamos y levantemos nuestro propio Rey, el Cristo, en el mundo en qué vivimos.
No codiciar los bienes ajenos corresponde a ese mundo del que hablamos.
Quien codicia no ha comprendido que cada quien tiene lo que merece, lo que se ha ganado y que el reino del Cristo no es de este mundo que, por ende, todo lo que corresponde a lo de afuera es pasajero, es mortal, que no corresponde con lo que
cada uno de nosotros debe aspirar: "LA PERFECClÓN"
La RETRIBUCIÓN es la que nos ubica en ese lugar que, corresponde a la dualidad de los que suben y de los que bajan y nosotros, a través de nuestro trabajo, debemos salimos de esta dualidad y ubicarnos en el camino por el que viaja el REDENTOR de nuestro mundo, en la Viacrucis que nos ha de conducir al perfeccionamiento material, mental y espiritual.

