En el capítulo anterior hablamos sobre la RESURRECCION donde se encuentra coronada la Obra de nuestro Héroe Solar, Interno, teniendo en sus Manos el Cáliz Sagrado rebozado con el vino, símbolo de la Sangre del Redentor.
Aquí hablaremos de la transmutación, elemento fundamental para nuestra Obra;' lugar en que se encuentran manifestadas las siniestras fuerzas que combaten a HIRAM HABIF, nuestro Cristo Intimo.4
La TRANSMUTACION es una transformación de fuerzas que nos permite el sabio aprovechamiento de nuestra energía crística.
En este Arcano encontramos cuatro elementos cada uno teniendo en sus manos la Cruz TAO, agarrada de la parte inferior; esto nos está indicando que toda persona que vive bajo las condiciones que le impone la mente, pasiones, instintos, sólo le interesa la energía para satisfacer placeres; nosotros, los Iniciados, agarramos la Cruz TAO por el aro superior indicando que de ella nos interesa la Castidad, el Amor y la Sabiduría.
La TRANSMUTACION es el elemento conciliador entre el Espíritu y la Materia.
En la TRANSMUTACION actúan tres elementos conciliadores que son:
- VOLUNTAD,
- OBEDIENCIA y,
- DISCIPLINA.
En este Arcano encontramos la clave para trabajar con los enemigos de nuestro Cristo Intimo:
- EL DEMONIO DE LA MENTE,
- EL DEMONIO DE LA MALA VOLUNTAD,
- EL DEMONIO DE LA PASION,
- EL DEMONIO APOPI, que dirige todos los estados antagónicos negativos que se, manifiestan en nuestro diario vivir.
Hay que transmutar: las bajas pasiones, las depresiones, las debilidades, los temores, el miedo, los complejos; todos estos elementos constituyen nuestra falsa personalidad, nuestros falsos sentimientos `que impiden nuestro avance espiritual.
En este Arcano debemos trabajar con la regencia de nuestro Gabriel Interior, el cual nos enseña que, en la familia, en el hogar, se forma el hombre para el mundo y, posteriormente, para Dios.
En este Arcano encontramos el elemento que une el eterno masculino con el eterno femenino para formar el ELOHIM conciliador entre Dios y la persona.
Nuestro Gabriel Interior, regente de nuestra Luna, debe estar presente en las transformaciones alquímicas del hombre y la mujer en busca de la creación del NIÑO DE ORO de la Alquimia.
A Gabriel hay que presentarle hogares dignos de personas que trabajan para la Gran Obra del Padre; hogares aseados, llenos de Amor, con sus jardines y flores, con la educación apta para sus hijos.
En estos hogares no debe haber riñas, gritos, ni palos porque la Gracia del Espíritu Santo y del Arcángel Gabriel no podrán estar allí presentes; los hogares donde se está trabajando para la Obra del Padre, deben estar limpios de toda maledicencia, suciedades mentales y físicas, para que allí se geste la vida.
Se debe pedir al Arcángel Gabriel que nos bautice con bendiciones, abundancia y Amor para con la Familia.

