En este Arcano encontramos el hombre que va en su camino intrépido, resuelto, seguro, nos invita a reflexionar sobre lo que debe ser nuestra vida frente a nuestro trabajo y a nuestro camino. El ARGONAUTA es aquel viajero que recorre un camino que tiene tres características:
Primero: Va en tierra firme, con paso firme y
Decidido. Segundo: Va en el agua en su pequeña embarcación dispuesto a enfrentar todos los peligros que allí se encuentran. Tercero: Vuela por los aires dirigido por une imaginación creadora que lo ha de llevar a la Liberación.
Es el hombre animoso que afronte los peligros de lo desconocido. En este Arcano nos debemos integrar con nuestro Samael Interior, eliminando los temores, los miedos y los complejos.
En los hogares donde se trabaja con la doctrina del Cristo, no deben haber temores, miedos, porque debemos comprender que no estamos solos, que estamos asistidos y que a los hijos de Dios en los momentos más difíciles de su vida, siempre estará el Cristo dispuesto a defenderlos, a protegerlos, a salvarlos. Es necesario enseñar a nuestros hijos y a nuestros hermanos para no depender física, mental y psicológicamente de personas que, también como nosotros, están inseguros, llenos de miedo, de temores, de complejos.
Hay que tenerte en Dios, en nuestros Superiores que siempre velarán por ese Argonauta que en ocasiones va caminando en la tierra, en ocasiones navega en las aguas y en ocasiones vuela por los aires, pero siempre va en pos de su perfeccionamiento. Hay que pedir, diariamente, al Arcángel Samael para que nos dé su fuerza, su ayuda y su protección.
Este Arcano determina para el consultante que, por encima de la mente terrena, está el Triunfo de la Mente Superior; que hay que luchar contra los embates de nuestra Naturaleza inferior para integrarnos con nuestro NETSAH Interior.

