Empezaremos por analizar los diferentes aspectos de nuestra vida revisando cuidadosamente lo que pensamos, lo que sentimos, para que nos demos cuenta que lo que hacemos tiene una íntima relación con los elementos infrahumanos que producen esos pensamientos y esos falsos sentimientos.
No es posible hacer un cambio en lo que hacemos si antes no hacemos un cambio en lo que pensamos y en lo que sentimos. Para cambiar nuestros pensamientos es necesario primero cambiar nuestros sentimientos. Los sentimientos egoicos no son más que pensamientos refinados por el Ego.
Hemos conocido muchas escuelas que nos invitan o nos enseñan a cambiar nuestra forma de pensar, pero no nos han enseñado a cambiar la forma de sentir.
Acordémonos que nosotros los humanos, actuamos por lo que sentimos, pocas veces por lo que pensamos, es decir: una persona puede pensar muy bien de otra de sexo opuesto pero no llega a ningún hecho si no lo siente; una persona puede pensar matar a otro pero no consuma el hecho hasta que no siente que debe matarlo.
Nosotros podemos pensar muy bien de las enseñanzas gnósticas, tener argumentos muy bonitos en relación a la Gnosis, pero no pasa de allí; en cambio pueden haber personas que no piensan nada de la Gnosis, simplemente la sienten y, por ende, la viven.
Es necesario cambiar la forma de sentir para cambiar la forma de pensar y poder organizar la forma de actuar. Para cambiar la forma de sentir, es necesario dedicar nuestra vida, nuestro tiempo a hacer de nuestro corazón un altar desde donde oficia nuestro Salomón interior, nuestro Arquitecto interior.
Así como la mente forma en nuestro cerebro su oficina para desde allí dirigir nuestra vida teniendo como secretarios todos los agregados psicológicos que desde allí gobiernan, así mismo es necesario que en nuestro corazón exista un altar donde él que oficie sea nuestro Espíritu y sus secretarios: la Voluntad y la Conciencia; haciéndonos magos de nosotros mismos y esgrimiendo el cetro de poder de nuestro Ser que nos da: Sabiduría, Talento y Genialidad.
Esto nos permite amar a Dios sobre todas las cosas porque no olvide, querido hermano, que todas las sosas no son más que mente condensada y nosotros cristianos tenemos que reducir todas las cosas a la UNIDAD para que la UNIDAD gobierne todas las cosas: ¡ DIOS!.
practica:
Siéntese en un cómodo sillón, relaje su mente y su cuerpo. Entrados en el corazón y sintiéndose allí, imagine una luz de color azul cielo que le envuelve, que le da mucha paz, que le da inspiración, que le da amor.
Mentalmente pronuncie el Mantram: INNN.... TIMO siete (7) vetes y adormézcase.
Haga esto todos los días al acostarse y al levantarse.

